Tomar agua necesario para que todas las funciones de tu organismo marchen adecuadamente. Seguramente has escuchado que lo mejor es que bebas ocho vasos al dia, como mínimo. Esta sugerencia surge a partir de una investigación en donde se tomó como referencia la ingesta de calorías para determinar cuánto de este líquido se tenía que consumir. El resultado fue que por cada una de ellas habría que beber 1 ml de agua. Por ello, si una persona ingiere 2000 calorías normalmente, tiene que tomar 2000 ml de agua, lo que equivale a dos litros.
Si tú tienes la mala costumbre de no tomar agua o tomar muy poca, tienes que saber que entonces te estás perdiendo de los múltiples beneficios que conlleva tomar agua, ya que es un nutriente esencial para el adecuado funcionamiento de diversos procesos fisiológicos, como digestión, absorción, distribución de nutrimentos, transporte y desecho de elementos tóxicos.
Además, este líquido vital hará que tu hígado, riñones, sistema digestivo e inmunológico cumplan con sus funciones; y, entre otras cosas, lubrica tus articulaciones, mejora la resistencia de tus ligamentos, controla la temperatura corporal, mantiene los niveles adecuados de acidez en tu cuerpo y retarda los procesos de envejecimiento.
Por si fuera poco, este elemento básico es excelente colaborador cuando de perder peso se trata, ya que suprime el apetito, controla el hambre y ayuda a tu organismo a metabolizar la grasa acumulada.
Entonces, no lo dudes más y comienza a incrementar tu consumo diario de agua para cubrir lo que requiere tu cuerpo. Lo primero que tienes que hacer es determinar qué cantidad necesita tu organismo. Lo recomendado son dos litros al día, pero esto puede variar dependiendo de cada persona. Para calcular cuánto del líquido vital tienes que tomar es indispensable que dividas tu peso en kilogramos entre 30; así, por ejemplo, un individuo que pesa 80 kilogramos deberá tomar 2.6 litros de agua por día.
Ahora bien, si en realidad te cuesta mucho trabajo ingerir tal suma, sigue los consejos que aparecen a continuación, pues te pueden ayudar a combatir esa mala costumbre y a estar permanentemente hidratado:
A donde vayas lleva siempre una botella o recipiente con agua. Al pasar los días, podrás percatarte de que tomas agua sin pensarlo.
Todo el tiempo ten cerca de ti un vaso con agua; por ejemplo, en la oficina, en tu escritorio, frente a la computadora, a un lado de la cama.
Intenta tomar un vaso de agua cada hora. Para saber en qué momento lo tienes que hacer, lleva contigo un reloj con una alarma que suene cada 60 minutos.
Ten Presente el aporte calorico de las gaseosas para evitarlas. Cuando quieras beber algún refresco, piensa que si lo haces estarás ingiriendo casi 10 cucharadas de azúcar refinada, situación que no es saludable puesto que contribuye a desarrollar sobrepeso u obesidad.
Si lo que no te gusta es el sabor del agua, entonces puedes agregar un poco de jugo de frutas o el jugo de un limón.
Intenta siempre, al levantarte, beber un vaso de agua. Esto hace que tanto tu mente como cuerpo despierten.
Prométete a ti mismo que sólo beberás agua durante todo un mes. Al pasar este tiempo te darás cuenta de que tu cuerpo ya está acostumbrado a ella y te será difícil no beber suficiente. Incluso, terminando el mes, el agua te sabrá deliciosa.
Prueba con agua tibia o caliente, te sabrá diferente y tu garganta te lo agradecerá.
Entre comidas toma la mayor cantidad de agua que puedas.
No esperes a tener sed para beber agua.